Caramelos: Origen y evolución
El origen de los caramelos, no fue muy distinto al de otros muchos productos alimenticios destinados a la recreación, ya que surgieron como evolución de medicamentos con intención curativa y recetados por médicos, y que solo se vendían en farmacias o boticas.
Caramelos como productos de salud
Fueron los médicos sumerios (médicos que no recurrían a la brujería para aliviar dolores) los primeros que empezaron a recetar a sus pacientes una especie de pastillas endulzadas con extracto de menta y carbonato, esto lo hacían para neutralizar la acidez de estómago y de esta manera «curar» dolores estomacales, abdominales o simplemente indigestiones.
Caramelos sin azucar endulzados con miel
Muchos años mas tarde, en el antiguo Egipto, se encuentran las primeras alusiones a los caramelos, con muchas ilustraciones y documentación de la popularidad de los caramelos duros entre la población. Por aquel entonces parece ser que eran los confiteros los que los suministraban contra la tos. Estos caramelos con sabor a fruta o hierbas evolucionaron en sabores mediante zumos, jugos, dátiles y siempre eran caramelos sin azúcar endulzados con miel.
Pero fue en la India de donde se decidió usar azúcar solido para su fabricación de los caramelos. De hecho, el nombre de caramelo procede precisamente del descubrimiento de la caña de azúcar, que era llamada caña de miel o lo que es lo mismo, en latín, “canna melis” y que una larga evolución de variantes quedaría en caramelo.
Por otro lado, también se tiene constancia de que los mercaderes fabricaban sus propios caramelos con pulpa de fruta, cereales y miel, y estos les servían para soportar los largos trayectos y darles energía.
Curiosamente, por aquel entonces los caramelos no se daban a los niños, sino a los enfermos ya que se utilizaban como remedios de salud.
Los caramelos de sabores y frutas
Pero los caramelos, para el mero hecho del disfrute del paladar, no llegaron a aparecer hasta mediados del siglo XIV, cuando en Venecia, empezaron a fabricarse caramelos de azúcar, que aunque todavía solo se vendían en farmacias o especierías, ya no tenían un uso exclusivo de curación, aunque eso sí, eran productos asequibles sólo para la nobleza y burguesía, ya que eran muy caros.
Los caramelos por aquel entonces estaban hechos a mano y se fabricaban hirviendo el azúcar y se hacía una pasta que se vertía sobre moldes y se les añadía nueces o frutas, y finalmente se aromatizaba con esencias de limón, rosa o violeta.
Caramelos de frutas, menta, leche o café
El siglo de oro de los caramelos fue sin duda el XIX.
Por aquel entonces ya se producían caramelos con mas de 60 ingredientes:
- Caramelos de frutas (Naranja, Coco, Limón y fresa)
- Caramelos de miel
- Caramelos de menta y anís
- Caramelos de leche
- Caramelos de café , Chocolate o Vainilla
Tiendas de caramelos por todo el mundo
La comercialización de los caramelos, tal y como hoy la conocemos, no se llegó a inventar hasta el año 1820 que la revolución de grandes industrias camelísticas de estados unidos como Goetze Candys Company convirtió al caramelo en un producto de éxito que atraía a mayores y pequeños.
El caramelo coge tan fama que comienza a fabricarse en todos los países del mundo, llegando a España a principios del siglo XX. Pero fue en 1959 cuando ocurrió un acontecimiento histórico que revolucionará el mundo del caramelo. El barcelonés Eric Bernat, desarrolló una idea surgida en Estados unidos en 1920, donde un heladero de la ciudad de Youngstown, en Ohio, añadió un palito a los helados que vendía. De manera que Enric decidió hacer lo mismo con el caramelo que fabricaba en si empresa, inventando de esta manera el Chupa chups.
Anecdotario de los caramelos
Como anécdota Curiosa sobre el mundo de los caramelos hacemos mención a la que cuenta Vicente Vega, en su Diccionario ilustrado de rarezas, donde indica que el día 26 de septiembre de 1916 se suprimió la costumbre de repartirse caramelos entre los diputados del Congreso de los Diputados de España, con el fin de acortar gastos, ya que estos los utilizaban para dárselos a las damas que los seguían en los debates.